Revueltas patrocinadas

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Ahora que por Egipto se ponen lúgubremente de moda los tonos militares, da que pensar la supuesta estacionalidad de las revueltas que inundan las costas mediterráneas desde Tetuán hasta Latakia. Más de dos años después de que germinaran, supuestamente, masas floridas al albur de una democracia transmitida a golpe de tuit y «me gusta la libertad», el calendario parece haberse detenido en plena insolación; Túnez soporta, a día de hoy, el mismo deterioro institucional, caos en los servicios y violación sistemática de los derechos humanos primarios con un dictador múltiple, sin rostro, el de sus propias cadenas oligarcas. A Libia mejor ni asomarse, presa de la venganza en cada esquina, con un Estado absolutamente fallido y la mutación (¿o sería más exacto recordar que no es más que la presencia, sin adornos externos, de la verdadera condición de la codicia?) de toda aquella troupé bendecida como «reformistas democráticos» en una suerte de señores diarios de la guerra por el control de la riqueza, cualquiera que ésta sea. Por Siria no se libran de sus propios libertadores, patrocinados con descaro por un interés mayor a cualquier apariencia cuneiforme de las primeras farsas en el innoble arte de la ocupación macroeconómica de los pueblos. Y de Egipto, ¿qué decir de Egipto? Tan asqueada de dictadores y tan amantes del totalitarismo, ansiosos por elegir y excitados por no aceptar sus propias elecciones. En todos estos casos, lo que allende sus respectivas fronteras se debate debería tener una postura uniforme, alejada de impulsar alienaciones en la opinión pública, favorable siempre a dos principios inmutables: la democracia y la protección y defensa de los derechos humanos. Pues depende, pues depende.
CORRECTION-GREECE-VIOLENCEEs lo que tiene intentar comprender por qué la turba se maneja contra uno, contra otros, o contra ellos mismos, en una sucesión de odios sociales que no parecen deslizarse en función de mayor o menor cantidad de polen de indignación en el ambiente. Allende nuestras fronteras, acostumbrados como estamos a no encontrar más enemigos que el abstracto villano del capital, representado en aquellos mismos a los que hemos entregado, con repetitivo desdén, nuestra confianza cuatrienal, ver imágenes de masas gritando y exigiendo, en lenguas interesadamente traducidas, valores supremos que damos como innegociables (a pesar de que se nos vayan dispersando, como calderilla revoltosa, a diario) nos emocionan. Si a eso le unimos montajes con musiquilla libertaria y un par de tomas de jóvenes en primer plano, los pelos como escarpia revolucionaria que se nos ponen.
Pero como el prisma del largo plazo suele ser mucho más sensato que secundar, sin miramientos, aquello que nos dicen que huele a violeta de la libertad, presenciar la segunda parte de algunos aconteceres que creíamos no iban a contar con trilogía deberían hacernos sospechar que los guionistas ocultos suelen inclinarse por exprimir al máximo la rentabilidad de sus productos. En casos como el egipcio, parece ser que el sufragio universal como cartelera del éxito de la floresta pasada no resulta adecuado cuando a los Hermanos Musulmanes nos referimos. Democracia sí, pero sin pasarse. Aquí no entran en juego mayorías, consensos ni negociaciones posibles, que no está el capital para patrocinar premiere al aire libre y que caigan chuzos de islámica punta. Para poder corregir ese desatino climatológico en lo electoral, siempre podemos contar con el héroe de turno (vease El Baradei y otros star de la oligarquía occidental de rostro árabe) y el estético despliegue de cámaras enfocadas hacia el plano adecuado.
Revuelta2Si a este lado del Mare Nostrum nos da por hacer de las nuestras, discutiendo la servidumbre del poder político a todos menos a quienes los han elegido, rechazando la alienación que resulta dar como hechos innegociables el sacrificio de un mayoritario lado para armar la fertilidad del que siempre gana fuera de las urnas, la estética de las mareas y las pancartas se torna, por obra y gracia de los patrocinadores, en una pira repleta de encendidos anti sistemas (¿es ese término rechazable per se?) que merece dispersar en mamporrero desorden. Entonces, dos costas se enfrentan en función del producto de sistema político manufacturado que se pretenda introducir. Por Siria llevan dos años erre que erre, y mira que les cuesta. Pero no hay salida, si el marketing exige frente libertario en busca del cambio de cromos, no hay valla publicitaria, ni sacrificadas abejas polinizando a diestro y siniestro que eviten la desertización de cualquier esperanza crédula.

6 Comentarios

  1. Espero que Estados Unidos hará hincapié en “los derechos humanos y la democracia” en lugar de “democracia y los derechos humanos.” La gente en las democracias sin derechos humanos a menudo voto para deshacer los derechos de sus minorías, los derechos humanos para, en lugar de la democracia, debe ser en la parte superior de la lista de lo que la prensa de. Los derechos de los cristianos coptos y otros ciudadanos no musulmanes, de los disidentes políticos, de una prensa libre, etc deben ser garantizados como parte del derecho fundamental de Egipto, garantiza de una manera que ni los militares ni el voto popular puede reemplazar.

  2. Lo que ocurre en los países musulmanes es, que votan por una «democracia» que no es tal, puesto que no tiene mucho que ver con los derechos humano y si, con su religión,. Ahí es donde radica el problema, máxime, cuando su religión es la mas intolerante, con respecto a todo.,

    • La forma de afrontar determinados derechos individuales en países como el nuestro por elementos destacados de la formación que actualmente gobierna con mayoría absoluta también suenan de manera bastante reaccionaria, derechos que no están obligados a ejercer sino a respetar para el común de la ciudadanía. Por eso, resulta preferible no valorar el espíritu de la toma de decisiones de un individuo a la hora de elegir a sus representantes, y sí preocuparnos en que el marco de elección y el desarrollo de los mandatos, con las garantías mínimas, debe ser respetado.
      Un placer recibirte en CasaQuerida, Artemio.

  3. El año pasado se produjeron revoluciones en el mundo árabe que pocos hubieran podido imaginar. Estos levantamientos ofrecen oportunidades extraordinarias para atender las peticiones de personas que hasta ahora se han beneficiado muy poco de los avances globales en materia de derechos humanos del último medio siglo. Sin embargo, teniendo en cuentas las fuerzas violentas que se resisten al progreso, es un error dejar la suerte del mundo árabe únicamente en manos de la población que se enfrenta a las armas. La comunidad internacional tiene que desempeñar un papel importante para contribuir al nacimiento de democracias respetuosas de los derechos en la región. Hasta ahora, solo ha desempeñado ese papel de maneraequívoca. Todavía se permite demasiado a menudo que los intereses localistas a corto plazo se interpongan en el camino de una respuesta más útil y de principios. En última instancia, la comunidad internacional debe decidir lo que defiende—si valora losderechos y aspiraciones de las personas por encima del botín y las promesas de los tiranos. Mientras se aproxima el primer aniversario de las primeras rebeliones de laPrimavera Árabe, la comunidad internacionalayudará a determinar si los gobiernos violentos prevalecerán sobre los manifestantes que buscan una vida mejor, y si la visión de los manifestantes incluye el respeto no solo por sus propios derechos, sino también por los de todos sus conciudadanos. Se trata de una responsabilidad global el contribuir a que las valientes iniciativas del pueblo árabe para reclamar sus derechos concluyan de manera positiva, y asegurar que el derrocamiento de un régimen autocrático no lleve a su sustitución por otro.

  4. Gracias por tu artículo y felicidades, Tinejo. Sin duda, lo que me gusta más es el «supuestamente» que deslizas en la segunda frase, y me parece que ahí radica el secreto de estas movilizaciones, en el supuesto según el cual las revoluciones sociales de la «primavera árabe» (nombre prometedor donde los haya) nacen espontáneamente, solo espoleadas por la indignación ciudadana y el alcance global de los medios de comunicación. Y es que, a pesar del efecto dominó, la sombra de una orquestación bien sufragada se extiende por todo el proceso. ¿Qué país, transnación o ente abstracto tiene mayores intereses y controla al milímetro la situación de los países del medio este? ¿A quién conviene más la deposición de unos tiranos caducos que empiezan a morder la mano de su amo, o quieren participar de un sistema de privilegios exclusivo y en oposición al de quien lo mantiene el poder? ¿A quién interesa más y tiene poder para manipular el devenir de esas nuevas «democracias» de los países árabes? ¿Quién está más preocupado por el devenir de estos países y el crecimiento del radicalismo?
    Según tengo entendido (bien puede ser falso, pero no está de más tenerlo en cuenta como posibilidad), ciertos países, justamente los países revolucionados, junto a otros norteafricanos a los que no ha llegado tanto el ruido, presumiblemente por no ser ya necesario, tienen/tenían un acuerdo para la organización de un «Banco Musulmán» en el que no se cobrarían intereses por préstamo. No es descabellado pensar que, por este u otros motivos, fueran becados estudiantes sirios, egipcios, tunecinos y libaneses para estudiar en universidades americanas, y allí fueran adiestrados para el llamamiento a la revolución desde una perspectiva de redes. Ahora miren los currículos de los cabecillas de las revueltas. Es solo una posibilidad, pero ni las grandes corporaciones, ni los estados interesados en estos conflictos están nunca de brazos cruzados ante estas situaciones. Para eso están los espías. Y los vasallos del capital, Estados Unidos, Europa, Israel y los Emiratos saben mucho de eso.

    • Desde luego Doris. Cuando empezamos a recibir, sin demasiado ruido en contra, que existen levantamientos semiespontáneos producidos por una marejada en orden, de las que caen simpáticas, de las que arrasan sin derrumbar, la sospecha no puede dejar de hacernos precavidos, de poner tablones en la puerta de nuestra confianza. No hay nada más cierto que la necesidad de darle tiempo a los guisos para que tomen su verdadero sabor, para saber de que exceden o carecen. Unos pocos años después paladeamos, por desgracia, lo agrio que resultaba un color tan apetecible. Y lo que nos queda, supuestamente, por tragar.
      Es un placer recibirte en tu CasaQuerida!

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