Las elecciones vascas y gallegas, en titulares

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Con el 100% de los votos escrutados en los comicios autónomicos celebrados hoy en Galicia y Euskadi, es hora de extraer las conclusiones a golpe de teletipo. Es el modo más veloz de llegar a una meta descafeinada, sin grandes sorpresas en ambos comicios, pero en la que rezuman tendencias y respuestas puntuales que resultan determinantes en cuanto al presente inmediato y el futuro nuboso.
– El desplome de los Pachis: El circunstancial tandem socialdemócrata de los Pachis (López-Vázquez), supone un histriónico fracaso lejos del tono cómico de aquel actor que aunaba ambos apellidos. Eso sí, el enfrentamiento ante las urnas de ambos en el mismo escenario dominical responde a cuestiones de circunstancial estrategia y, sobre todo, proviene de tronos de muy distinto fundamento. El líder del PSOE gallego enfrentó la contienda desde un altar ruinoso, dividido y que alcanzó a costa de la fragilidad de las familias desunidas. Por su parte, Patxi López ha tenido que soportar meses de gestión como Lehendakari a sabiendas que el mareo ante el 21 de octubre era debido a una silla con una pata rota. Hoy ambos saben que su futuro político resulta inexistente, aunque es probable que el dirigente vasco, como buen profesional de la cosa pública, presente resistencia desde nuevas trincheras.
– Los ganadores: Pocas encuestas se atrevían a poner en duda que las formaciones con mayor número de escaños a obtener serían el PP en Galicia, y el PNV en Euskadi. En el primer caso las cuestiones que se ponían sobre la mesa de debate dudaban de la capacidad de los populares para reeditar la mayoría absoluta, cuestión que hubiera abierto, automáticamente, la formación de alianzas progresistas para desterrar durante un cuatrienio a la formación popular del ejecutivo gallego. No obstante, Feijoo ha conseguido convencer a su más que fiel electorado de que se encuentra capacitado para plantear una política autonómica con cierta independencia de las tijeras madrileñas. Lo que resulta inexplicable es que existan tantos cientos de miles empeñados en apostar por un optimismo suicida, pero no es menos cierto que, una vez más, la báscula electoral D´Hont se presenta como la maquinaria que mejor manipula el peso de las supuestas mayorías: PSdeG, AGE y BNG suman el mismo número de papeletas que los conservadores, pero…
Por su parte, los 27 escaños obtenidos por el PNV los sitúan a la altura de los sondeos más optimistas para la formación jeltzale, donde mucho ha tenido que ver si inteligente estrategia en las tres provincias vascas de cara a contener el crecimiento de Bildu, fundamentalmente en Guipuzkoa. El empate a nueve diputados en la provincia con mayor afinidad abertzale ha conseguido contener posibles cercanías en el número de poltronas a repartir y, con ello, desterrar el terror que supondría para la formación de Urkullu verse obligado a ceder la lehendakaritza.
– Juego de pactos: Con el encuentro finiquitado en suelo gallego, la margarita de los pactos en el País Vasco tardará en deshojarse, a pesar que el panorama en cuanto al reparto de escaños estaba más o menos dispuesto. Nadie ha querido expresar de manera rotunda la hoja de ruta que piensa seguir en los próximos días de cara a conformar un ejecutivo estable en Ajuria Enea, si descartamos el rechazo incuestionable de las formaciones constitucionalistas a asomarse siquiera a la sede de Bildu. Al PNV no le llega con los nueve diputados del PP, mucho menos con lo que supondría una alianza que en Madrid echaría chispas; compartir tareas de gobernanza con el derrotado supremo tampoco supondría una lógica de estabilidad ejecutiva, menos aún cuando el pacto con los socialdemócratas, histórico durante las dos últimas décadas del siglo anterior, resultaría histriónico en la hoja de ruta de ambas formaciones en los tiempos que corren. Con todo esto, el entendimiento entre las dos escuadras nacionalistas parece inevitable, si bien el ritmo hacia la búsqueda del autogobierno no parece realizarse con la misma cilindrada, además de suponer una antítesis política en un supuesto Estado vasco de incierto futuro del mismo modo que sucedió con la alianza PP-PSOE, a sensu contrario, durante la legislatura anterior.
– La mayoría silenciosa que se queda en casa… el día de las elecciones: En ambas Comunidades Autónomas se ha escenificado en idéntico porcentaje el desencuentro de la ciudadanía con su expresión como ser político colectivo; más del 35% de los habitantes con derecho a voto ha optado por no participar de la denominada fiesta electoral a pesar de la realidad en la que nos venimos desenvolviendo, ésa que nos desprecia como soberanos de la voluntad de nuestros destinos.
– Palabras que dejan sin ellas: Cobardías en pocos caracteres como la que precede no merecen ser comentadas. Ni siquiera pueden leerse como emanadas de un ciudadano común y corriente, porque memeces así eran y son la manera en que Esperanza Aguirre ha entendido lo que significa la política. La degradación de esa estirpe que sigue sin entender que suponen los derechos y las libertades de una Constitución que nombran, enarbolan, pero no leen ni entienden, conducen a soportar este terrorismo léxico que mata la convivencia, extermina el diálogo, acribilla la tolerancia y asesina el desarrollo político y social.
– Mario Conde, cuatro años a la sombra gallega: Determinados resultados que se han producido en ambos comicios pueden resultar complejos de entender ante el panorama que se nos viene presentando a mutilante velocidad, más aún cuando la mayoría absoluta del PP gallego nos acerca rápidamente a ese rescate hasta ahora en pause por motivos tácticos. Queda la esperanza de comprobar que la ciudadanía desconcierta pero no asquea: poco más de diez mil papeletas se introdujeron en las urnas con las siglas del SCD del Conde del alto delinquir. Los votos nulos y en blanco, siempre con un nutrido grupo de fieles seguidores, le superaron ampliamente.

4 Comentarios

    • Gracias a tí por sentir su confortabilidad, por sentirte como, nunca mejor dicho, en casa. Y disculpas a todos los residentes por no venir regando la vegetación con la regularidad que nos gustaría.

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