Las encuestas dominicales han lanzado el órdago sensato acerca de esa mayoría absoluta que Javier Arenas parece que roza y hasta de la que se embadurnaría en las elecciones autonómicas andaluzas el próximo domingo. Cuesta creer que un señorito que ha besado la arena del ruedo electoral comicio tras comicio, que es más conocido por sus fobias que por sus filias, pueda obtener un respaldo tan abrumador de una ciudadanía a la que su claqueteante sonrisa no le va a pillar desprevenida, pero es tiempo de perdedores al alza y, por lo tanto, quién sabe. Lo que se juega la realidad social española el próximo 25 de marzo en la CCAA más poblada del Estado es mucho más que ver como se completa el puzzle popular de norte a sur, de las autonomías al poder central; tras casi un trimestre de gobernanza conservadora a lo ancho y largo de este secarral sin visos de lluvia tierna, la respuesta del electorado andaluz cobra una dimensión esencial para entender si convivimos con ciudadanos orgullosos de serlo o, por el contrario, la derrota emocional como Estado nos ha llevado a retroceder sobre los pasos de tantos espejismos que nos hacían ver fértil anuencia de derechos y posibilidades. No parece necesario recordar, pero no queda otra que hacerlo, que el contubernio canovista no es una obligatoriedad a la hora de enfrentar la urna, que las papeletas que rodean el pucherazo de nuestro abandono tienen también mucho que contar y, por ahora, poca o ninguna posibilidad de demostrar su honradez de propósitos y discursos. Caer en el derrotismo frente a las encuestas es, precisamente, asumir que el sistema no es válido, que esta democracia ni nos la otorgamos ni hemos tenido intención de perfeccionar su irregular molde iniciático. Tanto por un interés como por otro, los datos de intencionalidad electoral buscan propósitos que sean traducidos a partir de la medianoche del próximo domingo, pero en ningún caso son capaces de revelar el elemento reflexivo que todos podemos exprimir antes de enfilar el correspondiente colegio electoral.
El desprecio por la soberanía popular ha condenado a la ruina colectiva nuestros potenciales propósitos de enmienda y, así, nuevamente nos veremos obligados dentro de unos escasos diez días a paralizar la actividad productiva de un Estado que cada vez lo es menos en prestador de servicios obligatorios y gestor de las acciones estratégicas nacionales y lo es más en su versión perversa de protector indisimulado de cobertura a las clases privilegiadas y sus correspondientes capitales dinámicos, poco prestos a solidarizar su causa rentista en aquel propósito nunca revelado de desarrollar una sociedad sobre unos principios y valores comunes. Privatizaciones aceleradas y una política fiscal desacompasada en cuanto a su imprescindible cumplimiento progresivo fueron la punta de lanza de este despropósito llamado España pero en el que quien no corre, vuela. Nos encontramos frente a un instante de la Historia en el que se dan la mano en la lucha, por primera vez, tres generaciones de distinto pelaje: la que regresó de las tinieblas franquistas, la que alumbró su esperanza en los primeros pasos de esta democracia coja y aquella que comienza a conocer la calle cuando debíamos haberla asfaltado para otros menesteres. En esa trilogía generacional también se halla su reverso, aquellos que a toda edad sostienen la vía muerta por donde saquear su egoismo vital, sin importarles absolutamente nada ésos a los que les une, exclusivamente, algún festín balompédico rojigualda.
Tanto Andalucía como Asturias serán los escenarios donde se reflejarán, el próximo 25 de marzo, aquello que hayamos aprendido en este inicio de año o, por el contrario, la confirmación de que hemos dejado el cráneo hueco. Que la gobernanza socialdemócrata ha producido una endogamia gestora que ha dejado el sur peninsular hecho unos zorros no es ninguna novedad, como tampoco lo resultará aupar al poder a un equipo de ilustres burgueses de romería a caballo y desprecio por los instrumentos de trabajo que han dado forma a la realidad andaluza y que, al día siguiente del discurso festivo, tendrán el despacho abierto exclusivamente a las tropas con caballo y espada propia. De igual manera, entrar al egocentrista trapo manchado de Álvarez Cascos y sus pinches, al órdago de una jugada que sólo pretende la venganza en lugar del compromiso público, sólo puede acarrear el derrotismo entre los que creen que en nuestra toma de decisiones hay todavía esperanza. Estos dos encuentros con las urnas nos disponen para recuperar una calificación de confianza AA+, un regreso a las notas que sí dan valor a un grupo humano o, por el contrario, tienen la capacidad de apartarnos definitivamente de la confianza en que los que nos encontramos a diario mantenemos la más mínima pretensión de andar algún paso en sintonía. El plazo entre ambos comicios y la convocatoria de Huelga General contendrá noticias y revelaciones que dependerán casi en exclusiva de ese doble episodio ante los correspondientes escrutinios. Y las voluntades de millones de ciudadanos también se reforzarán o, por el contrario, arrastrarán las yemas de los dedos por callejuelas sin compañía en gran medida tras esos datos asturianos y andaluces. Días intensos, sin duda, fechas de enorme responsabilidad como para que los que tienen el primer examen se planteen hacer novillos.
EL DESCALABRO DEL PSOE OTORGA AL PP MAYORIA ABSOLUTA EN ANDALUCIA. Este es el titular del diario EL PAIS, en primera plana, que lei, que vi ayer cuando pase por el kiosko de esta capital, de esta comunidad autónoma,no muy lejana de ese gran cortijo en el que se puede convertir Andalucia. No compré el periódico, pues iba con cierta premura a cojer agua de la fuente; y pensando, habré estado durmiendo una semana? Ya tienen completo el mapa autonomico. Pues bien, no puedo rebatir tu argumento. Si temes que algo va a ocurrir, es que ya casi ha ocurrido.
Está en el valioso poder del voto colectivo que no ocurra, no todo ha ocurrido. Sobre todo, hay que darle a la papeleta la categoría que merece, lo que ha costado disponer de voz propia, aunque mutilada por circunscripciones tramposas. El domingo hagamos lo imposible por construir una representación pública honesta.
Gracias por visitar tu Casa Querida!
IU dobla el número de escaños, eso a pesar de la injusta ley electoral y de no contar con la batería de medios de comunicación afines como PPSOE