Estando a las visperas del clásico futbolero nacional, en el cual se dirimirá la supremacía continental de dos formas de entender el manejo del balón y ,por ende, la desgracia de graznar políticamente las bondades y desacopios de la gestión de esos recursos (humanos, económicos, políticos, existenciales…) con dos piernas dispuestas a morir y matar por unos colores andantes, con olor a chequera y billetes ardientes a ras de césped, nos encontramos ante un derby postergado que, jornadas antes de salir a resolver su suerte frente a la quiniela, anuncian un empate técnico. Cuatro round en apenas un mes son demasiadas veladas parciales para tan poca carne articulada bajo guantes de goma.
Pero éste no es el match en el que valoramos el trono patrio de unos exigentes adjetivos, del honor y el reflujo de esos principios que nos hacen discutir frente al café y los rostros anónimos pero hermanos de barra. El gran encuentro, ése que asegura unas gradas repletas de hinchadas pobladas y enfrentadas, se dirime en una Copa nacional dentro de apenas un mes como antesala del título brillante y dorado; el objetivo último del Campeonato. En todo caso, el líder de la competición ha decidido cesar a su entrenador, angustiado ante los resultados oportunistas faltos de frescura balompédica, de tácticas arraigadas entre el populacho con equipaciones luminosas.
Estamos a un año del gran encuentro, ése en el que el conservador entrenador de una de las superpotencias irracionales prepara una táctica absolutamente estática, ajeno a las modificaciones que puedan acontecer desde el otro barrio, confiado en la conflictividad que generará la presentación del nuevo mister y, en definitiva, las necesidades de ajuste táctico que se derivarán del panorama que acontecerá tras las nuevas botas enchaquetadas.
Hoy, pendientes del choque dual que ejercerá de termómetro estático sobre el que liderará la supremacía balompédica patria, con lo que conlleva ese elemento de somnolencia multitudinaria durante semanas, meses, historia cotidiana de bar y esquina populosa, algunos individuos agazapados entre esa efervescencia de toque y velocidad, de arte instantáneo, aprovechan para culminar su alianza con semejantes regates, más allá del gran enfrentamiento, envalentonándose gracias al esférico digno con el que pisan el asfalto tibio, plenos de banderas de tonalidades ajenas al grisaceo bicolor que impregna el estadio y la urna, los foros de la democracia vasta que hemos aceptado como guerrilla sin balas.
Los blaugranas han monopolizado durante tres años juego y resultados, posesión y gol sin condescendencia con el rival, independientemente de su relevancia y fortaleza. La autoridad de los buenos actos, de la excelencia en el trato de las ideas masivamente respetadas, no ha sido óbice para recibir escupitajos insolentes, mala baba del periodismo del eterno otro lado. Mariano Mourinho juega con su voluble Saenz de Santa Karanpalanca, al/a que lanza a los felinos jocosos, ésos que se sientan y se levantan en los foros polémicos por el mero hecho de la calidad del tejido de los asientos.
Los ocho puntos futbolísticos son irrecuperables, todo queda en manos de la beligerancia desprendida de ese cetro europeo a renovar anualmente para mantener la rivalidad eterna, la que desvencija el ánimo de millones de andares desequilibrados. De igual modo, como un calco fruto de la simbiosis educativa que aglutina todo en dos, en nada, damos cuartelillo a la esperanza de un cambio de entrenador, de estructura y filosofía, de discurso estructurado de aquí a finales de la siguiente temporada.
Efectivamente, en lugar de liquidar los títulos en juego, los eternos rivales dirimen su esencia de contricantes irremediables con una belicosidad aplazada, pendientes ambos del gran título que se pondrá en juego en 2012. El detentador de la corona ha tomado ventaja al cesar de buenas maneras al preparador titular y manejar los tiempos con sus colaboradores técnicos suplentes hasta la composición de la nueva plantillla. Su eterno rival, por el contrario, ha decidido mantener en su puesto al preparador que ha borrado la identidad de la esencia táctica, soportando derrotas auspiciadas por los malos consejos del equipo técnico y que, ante la gran final anhelada, prefiere evitar los amistosos de calentamiento con el fin de no mostrar más tropiezos en tres cuartos de cancha, ocultando sus cartas marcadas. En el panorama que nos toca de lleno cada mañana, el del foro político que toma nuestras decisiones cedidas, hoy trece puntos se han convertido en dos; sin anunciar el nombre del nuevo entrenador, sin recuperar terreno perdido en la tabla clasificatoria. El final de la Liga se presenta, rutinariamente, apasionante.
Menos mal que seguimos siendo del tercero, ese que continúa remontando puntos para asentar su participación en la competición de las decisiones, del cambio real.
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Admiten a trámite denuncia a una chica por excitar sin consumar: http://elpaistoday.wordpress.com/2011/04/17/admiten-a-tramite-denuncia-a-una-chica-por-excitar-sin-consumar/