Atajo a mano derecha

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Ciudadanos1La resaca acuosa del efecto Podemos parece que comienza a replegar olas, a paso lento e inseguro, si bien resultará imposible secar la humedad de su inserción hasta el centro del panorama político aunque su oleaje no sea finalmente tan hidrogenada como podía preverse. No obstante, de la misma manera que un terremoto, las réplicas vienen para intentar quedarse, y ahora le toca el turno a aquella que pretende atajar en línea recta pero con el intermitente derecho avisando de su maniobra más inmediata. Desde la Catalunya más divergente, den la bienvenida a aquellos que han tomado la nacional sin peajes hasta el ecuador geográfico y político del Estado español: ellos son los Ciudadanos tan del futuro que no llega como una azafata de Neutrex, sin bandera, sin ideología, sin complicaciones. Listos para consumir, éxito de ventas.
De cabo de Gata a rabo de Finisterre, parece que las huestes de Albert (¿O ya se habrá transmutado en castellano Alberto?) Rivera han esperando la resaca de las ventiscas populares para hacer suyo el paisaje decolorado de una política marchita. Podemos ya se ha encargado de recolectar todos aquellos frutos electorales ansiosos de ser engullidos al albur de la primavera política, pero parece que la analítica sociológica, desorientada del edén parlamentario, obviaba a aquellos cientos de miles votantes conservadores y liberales tan alejados de rejos, monedas y coletas que también se encontraban marcando el número de emergencia electoral.
Ciudadanos2Rajoy y los suyos parece ser que han perdido un tiempo exquisito en recolectar pruebas irrefutables acerca de lo lejos que pone Íñigo Errejón a redactar sus trabajos académicos o la indigestión que le provocan a Pablo Iglesias las ostras con perlas mientras Rivera enviaba a Garicano y Conthe por el flanco derecho, desguarnecido en la confianza de mantener firmes unas garitas realmente agrietadas, cuando la cauterización electoral se encuentra acorralada por una especie de hemofilia de confianza. El Partido Popular se ha equivocado de enemigo, y hasta tal vez ha llegado el momento de arrepentirse en su estrategia de ignorar la necesidad de hacer bueno el desvalor de tu antiguo enemigo si no quiere que la supuesta gran coalición pueda quedarse en coqueto pacto de esquina. El naranja ha venido para quedarse, y sabe en qué herida debe escarbar si precisa alimento. De este modo, pocas tonalidades van quedando en un arco iris que ha dejado, definitivamente, de resultar bicolor para ese estrabismo político que la ciudadanía hispana ha tenido a mal soportar. Si los semáforos del sentido común hablaran…
Ciudadanos3Parece evidente que la geopolítica nacional no va a dirimir sus múltiples controversias electorales en cuestión de debate, sino de plazos. Abierta la veda por las legiones violetas, da la sensación que la corriente magenta se pasó de frenada, llegando tarde a su quinta marcha, mientras el múltiple trazo verdoso se ha ido dejando potencia colorida por la obsesión de ser cola de microbio casi desde que la democracia sufría su primer acné en forma de comicios. Azul y rojo, tanto monta y monta ahora tanto menos, resultan incapaces de entender sus respectivas pinceladas en la mezcla de la paleta representativa y, finalmente, ese cocktail que va desmenbrándose de las apariencias primarias ha tomado forma naranja: Los últimos tal vez sean los primeros o, al menos, los más veloces en la curva definitiva de este futuro político incierto.
 

4 Comentarios

  1. Magnífico resumen de la actualidad política, magnífica ilustración la de los mamones huyendo del tsunami cargados con sus respectivos botines. Y ahora una visión desde otro ángulo. Anoche fui al cine y tuve que abrirme paso entre docenas de féminas que esperaban ávidamente a que las puertas de la sala se abrieran para ellas. Desde que las sombras de grey arrojan alguna lucecita en las aburridas noches de nuestras dulces compatriotas, el look masculino metrosexual se impone por doquier, también en la política. Ahí tenemos a los especímenes de diseño Pedro Sánchez y Albert(o) Rivera compitiendo para maniquís de escaparate de El Corte Inglés… ¿en rebajas? Lo tiene crudo Rajoy si de aspecto físico se trata. Caspa y naftalina ya no se llevan.
    ¡Un abrazo para tod@s!

    • Gracias David. Efectivamente, la frivolidad siempre se ha abierto muy bien el paso en nuestro entorno, desde la política hasta cualquier expresión cotidiana. Pero los tiempos, ay los tiempos, parecen representar la clave que hará bascular las encuestas durante este ejercicio. Entre colores anda el juego, mientras las ideas se quedan a las puertas.
      Salud.

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