Al trote más inhumano

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El pasado 30 de diciembre Sorky Das Pont, un caballo de seis años que tuvo un mal día en una de esas competiciones obligatorias a las que son sometidos diferentes animales con el objeto de entretener y permitir el lucro descansado de insensibles bípedos, falleció a causa de las heridas que le inflingió uno de sus amos, Eugeni Sánchez, rabioso porque su cuadrúpedo esclavo no había realizado la carrera que esperaba. La conciencia de este sujeto debió quedar intacta o repuesta de inmediato, ya que se procedió a enterrar a toda prisa al animal, y a otra cosa. Esto es, señores y señoras, el mundo del trote balear, considerado casi deporte nacional por las islas mediterráneas.
Sorky1El conductor, Mateu Riera, aseguró bajarse de su mullido asiento de no deportista, y haber dejado al equino en buenas condiciones; me lavo las manos y de estas cosas yo ni relincho, debió pensar. Lo habitual en todos aquellos circos que se continúan permitiendo bajo el amparo del inofensivo trato a los animales participantes, en los que la responsabilidad sobre ellos es siempre diligentemente compartida, tanto como obviada cuando surgen a la luz pública las cotidianeidades insensibles y sangrientas que pululan con notable habitualidad por sus recintos. Ganaderos, picadores, banderilleros, toreros; cuidadores y mandadores en las luchas gallísticas…. todos participan de un proceso meticuloso para llevar a los animales a la extenuación y la muerte, pero ninguno acepta ser responsable del crimen que, como sociedad, cometemos permanentemente sosteniendo estas aberraciones.
Sorky Das Pont falleció sobre la ira de quien trafica con vidas mamíferas por apuestas que, oficialmente, no van más allá de unos cientos de euros. Imposible de creer. La codicia humana apesta sobre las palabras de expiación pública. Las peleas de gallos, permitidas y con competiciones regulares y de amplio seguimiento en zonas del sur de la península y en Canarias, sobre todo en la isla de La Palma, no tienen permiso para gestionar apuestas, pero en las galleras los billetes fluyen al mismo ritmo que se compran y venden ejemplares que puedan asegurar suculentos beneficios. En la hípica, a golpe de látigo, con esa supuesta elegancia que imprime visitar el hipódromo en domingo, después de misa, ya es otra cosa. Las élites sociales, al regular a través de sus instrumentos políticos qué debe ser considerada diversión de buen gusto, se han permitido taquillas a la luz pública donde practicar con decencia y sofisticación el descuido despreocupado de apostar para que el disfrute de la carrera sea más emocionante y atractivo. En los canódromos, con galgos sometidos a tropelías físicas cotidianas con tal de conseguir un campeón sobre decenas de infructuosos cadáveres de inocentes aspirantes, tanto de lo mismo. El trote balear no es, por supuesto, una excepción.
Sorky2El asesino confeso, Eugeni Sánchez, a caballo pasado, ha asegurado que pagaría lo que fuese (ya que con la derrota de su equino esclavo no pudo cobrar lo esperado) por volver atrás, siguiendo la estela monárquica de prácticar el público arrepentimiento al que obliga la presión de la infamia, que no de la sensibilidad que parece no albergar. Añadió también, como causa exculpatoria en lo que debe considerar falta de quinto grado en su escala de valores, que un mal día lo tiene cualquiera: así debe entender que se sostiene una sociedad civilizada, sobre la atrocidad privada que queda libre de mancha mientras ésta no emerga a los titulares y a esa incómoda crítica de los que no entienden su deporte, tan bello y noble, tan elegante sobre las herraduras y las crines castigadas.
Mientras el juzgado de turno prepara el procedimiento que llevará a Eugeni Sánchez a expiar su visceral canallada con una sanción menor, merced al cuerpo penal insensible al dolor que no resulte de las mentes y cuerpos de un homo sapiens sapiens, el aprovechamiento político del delito no ha tardado en aparecer en escena. El PSOE ha solicitado en el Consell balear que la institución insular se presentase como acusación particular en las diligencias judiciales en lugar de haberse hecho eco, durante las etapas en que ha ejercido el mandato en las instituciones del archipiélago, de las notorias irregularidades, casos de envenenamiento animal en forma de dopaje y demás tropelías ignoradas cuando el silencio de los golpes rebotaba en los graderíos llenos del deporte nacional. El PP, con mayoría absoluta y fiel siempre a los principios e intereses de su clase, ha optado por la coherencia insensible de ignorar la petición para que siga la fiesta, a toda velocidad, del trote extenuado.

4 Comentarios

  1. Gandhi dijo:
    «El grado de civilización de una sociedad puede medirse por la forma en que trata a los animales».
    No hay más que añadir.

    • el mismo Gandhi añadiria algo mas..
      “los negros sólo están un grado por encima de los animales”
      The Collected Works of Mahatma Gandhi, Mar. 7, 1908 (CWMG, Vol VIII, pp. 135-136)

      • No manipules. Los indios eran llamados «negros» por los europeos en sudafrica, donde el trabajo como abogado.

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